El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una enfermedad crónica que afecta a millones de niños y a menudo se prolonga hasta la edad adulta. Incluye una combinación de síntomas persistentes como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Las personas que padecen esta enfermedad pueden tener problemas para concentrarse, controlar el comportamiento impulsivo (actuar sin pensar en el resultado de sus actos) o ser excesivamente activas. Sin embargo, con un tratamiento adecuado, los síntomas del TDAH pueden mejorar significativamente y el trastorno puede controlarse.
Tipos de Trastorno por Déficit de Atención
El Trastorno por Déficit de Atención puede presentarse de tres formas distintas. Cuando se asocia a falta de atención, el problema principal del niño es la falta de concentración o atención en distintos aspectos de su vida. También se caracteriza por la hiperactividad y puede implicar también un comportamiento impulsivo.
Causas, síntomas y diagnóstico del TDAH
Se desconoce la causa exacta del TDAH, aunque se han identificado factores genéticos y ambientales como posibles contribuyentes. Los síntomas del TDAH suelen clasificarse en tres categorías: falta de atención, hiperactividad e impulsividad. Para ser diagnosticado, el individuo debe presentar 6 o más síntomas de una o más de estas categorías, que provoquen una alteración del funcionamiento.
Síntomas de inatención
Los síntomas de inatención incluyen dificultad para mantener la atención, distraerse con facilidad, cometer errores por descuido, dificultad para organizar tareas, tendencia a evitar tareas que requieren una concentración sostenida, dificultad para seguir instrucciones y olvidos.
Síntomas de Hiperactividad
Los síntomas de hiperactividad incluyen movimiento excesivo, hablar en exceso, dificultad para esperar, dificultad para jugar en silencio y dificultad para permanecer sentado en clase o durante las actividades.
Síntomas de conducta impulsiva
Los síntomas de conducta impulsiva incluyen actuar sin pensar, actuar sin tener en cuenta las consecuencias, interrumpir con frecuencia conversaciones y actividades, hablar o soltar palabrotas a menudo antes que los demás y dificultad para retrasar la gratificación.
Tratamiento del TDAH
El tratamiento del TDAH suele incluir farmacoterapia con fármacos estimulantes, terapia conductual e intervenciones educativas. Se ha comprobado que los medicamentos estimulantes son muy eficaces para reducir los síntomas, pero también se han asociado a efectos secundarios. Las terapias conductuales también ayudan a reducir los síntomas y permiten a los niños participar mejor en las actividades y en la escuela.
Modificación de la conducta
Pueden utilizarse técnicas de modificación de la conducta, como los sistemas de recompensa, para ayudar a los niños a aprender nuevas conductas, reforzar las conductas positivas existentes y reducir las conductas no deseadas o problemáticas. La terapia conductual suele combinarse con medicamentos estimulantes para maximizar la eficacia.
Terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una opción de tratamiento que puede ayudar a reducir estas conductas. Generalmente, es útil empezar la terapia conductual en cuanto se hace el diagnóstico. Los objetivos de la terapia conductual son aprender o reforzar las conductas positivas y eliminar las no deseadas o problemáticas.
Conclusión
En general, el TDAH afecta a millones de niños y puede tener repercusiones a largo plazo en su funcionamiento. Aunque el TDAH no tiene cura, puede controlarse eficazmente con un tratamiento adecuado. Los medicamentos estimulantes, la modificación de la conducta y las intervenciones educativas pueden contribuir a reducir los síntomas y ayudar al individuo a funcionar mejor. Con el tratamiento y la dedicación adecuados, los niños que padecen esta enfermedad pueden llevar una vida satisfactoria y plena.