El Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAPS), a veces llamado sociopatía, es un trastorno mental en el que una persona no demuestra discernimiento entre el bien y el mal e ignora los derechos y sentimientos de los demás. Las personas con trastorno antisocial de la personalidad tienden a acosar, manipular o tratar a los demás con crueldad o indiferencia. Se caracteriza por un patrón general de desprecio de las consecuencias y los derechos de los demás. Se diagnostica basándose en criterios clínicos y el tratamiento puede incluir terapia cognitivo-conductual y medicamentos antipsicóticos y antidepresivos.
Las tasas de prevalencia estimadas del trastorno antisocial de la personalidad en Estados Unidos a los 12 meses, basadas en los criterios más antiguos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), oscilan entre el 0,2 y el 3,3%. El trastorno antisocial de la personalidad es más frecuente entre los hombres que entre las mujeres (6:1) y existe un fuerte componente hereditario.
Síntomas
Una persona con trastorno antisocial de la personalidad puede:
- Ser capaz de actuar con astucia y encanto.
- Ser excelente adulando y manipulando las emociones de los demás.
- Infringir repetidamente la ley.
- Desprecian su propia seguridad y la de los demás.
- Tienen problemas de abuso de sustancias.
- Mienten, roban y se pelean con los demás.
El trastorno antisocial de la personalidad es más frecuente entre los familiares de primer grado (padres, hermanos e hijos) de las personas que lo padecen que en la población general. El riesgo de que los niños desarrollen este trastorno aumenta cuando sus padres (ya sean adoptados o biológicos) padecen el trastorno.
Las personas con trastorno antisocial de la personalidad también se caracterizan por ser ambiciosas, les atrae el poder, el dinero, saben que sus deseos y ambiciones son insaciables, ya que son inconformistas. Si pueden obtener algún beneficio, no dudan ni un momento en utilizar o abusar de la gente para conseguirlo, recurren al engaño.
Tratamiento
El trastorno antisocial de la personalidad es difícil de tratar, pero la terapia cognitivo-conductual, la terapia basada en la mentalización y ciertos medicamentos pueden ayudar a reducir la agresividad y el comportamiento impulsivo. La terapia debe centrarse en ayudar a la persona a reconocer y cambiar sus pensamientos y comportamientos desadaptativos.
Las terapias de grupo como la Terapia Dialéctica Conductual (TDC) pueden ayudar a la persona a desarrollar mejores habilidades de afrontamiento. Los medicamentos para tratar la agresividad y la impulsividad incluyen los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los antipsicóticos y los estabilizadores del estado de ánimo.
Conclusión
El trastorno antisocial de la personalidad es una enfermedad mental grave que puede causar problemas importantes en las relaciones y el trabajo. Las personas con este trastorno pueden ser manipuladoras, carecer de empatía y despreciar los derechos de los demás. Es importante buscar tratamiento si crees que puedes padecerlo o si conoces a alguien que pueda necesitarlo. El tratamiento puede implicar terapia, medicamentos o una combinación de ambos, y puede ayudar a reducir los síntomas y mejorar el funcionamiento.