Los trastornos de la personalidad son afecciones psicológicas en las que se ve afectado el funcionamiento social, laboral y personal de un individuo. Uno de los trastornos de la personalidad es el Trastorno Histriónico de la Personalidad (HPD), un tipo de trastorno de la personalidad caracterizado por una emocionalidad excesiva, dramatismo y comportamiento de búsqueda de atención. Las personas que padecen este trastorno suelen tener dificultades para establecer relaciones significativas, y luchan contra intensas dudas sobre sí mismas y una baja autoestima. En este artículo se explican los síntomas clave del TPH y se ofrece una visión general de cómo tratarlo.
¿Qué es el Trastorno Histriónico de la Personalidad (TPH)?
El TPH es un trastorno caracterizado por un patrón persistente y duradero de comportamientos y creencias que difieren de las expectativas de una cultura determinada. Los que padecen HPD tienden a ser muy expresivos emocionalmente, y a menudo muestran un comportamiento excesivo de búsqueda de atención. También pueden parecer inapropiadamente seductores y actuar de forma excesivamente dramática.
El TPH puede provocar sentimientos intensos de inseguridad, vergüenza y culpa, y puede interferir en la capacidad de la persona para establecer relaciones significativas. Las personas con TPH pueden tener dificultades para discernir entre emociones reales y falsas, lo que les impide establecer relaciones significativas con los demás. En casos extremos, el HPD puede hacer que los individuos recurran a comportamientos autodestructivos.
Síntomas principales del Trastorno de la Personalidad Histriónica
Los síntomas principales del HPD incluyen una emotividad excesiva, manipulabilidad, un esfuerzo por ser el centro de atención, sensualidad y una falta extrema de conciencia corporal.
Las personas con HPD pueden mostrar emociones inapropiadas para el entorno o la situación, y parecen dejarse influir fácilmente por los demás. A menudo reaccionan de forma exagerada ante acontecimientos o crisis menores, y pueden sentirse abrumados por la cantidad de atención que reciben. Tienden a ser demasiado coquetas y seductoras, y a menudo buscan la aprobación de sus compañeros y de las figuras de autoridad.
Además, las personas con HPD pueden aburrirse fácilmente y tener una necesidad constante de novedad y emoción. Suelen preocuparse por su aspecto físico, y pueden llegar a depender de la belleza física para validarse y sentirse aceptados.
Cómo tratar el Trastorno Histriónico de la Personalidad
El tratamiento del HPD puede ser una tarea difícil, ya que las personas que padecen este trastorno pueden tener alteradas sus capacidades de mentalización y ser incapaces de identificar sus sentimientos y problemas. El objetivo principal del tratamiento del HPD es ayudar al paciente a ser más independiente emocionalmente y a tener más confianza en sí mismo.
La psicoterapia es una forma central de tratamiento para quienes padecen HPD, ya que la psicoterapia puede ayudar al individuo a aprender a expresar y gestionar mejor sus emociones. Esto puede ayudar a los pacientes con TPH a identificar, validar y regular sus propias emociones, y a ser más capaces de captar las señales sociales y actuar en consecuencia.
También se utiliza la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), ya que puede ayudar a los individuos con HPD a explorar sus patrones cognitivos, identificar patrones de conducta poco útiles y crear conductas más positivas. La TCC también puede ayudar a los afectados de TPH a aprender a gestionar mejor la ansiedad y a regular sus emociones.
El tratamiento farmacológico también se utiliza para el HPD, ya que pueden emplearse medicamentos para ayudar a controlar la ansiedad y la depresión que pueden derivarse del trastorno. Además, pueden utilizarse ansiolíticos, como las benzodiacepinas, para ayudar a controlar los síntomas del HPD.
Conclusión
El Trastorno Histriónico de la Personalidad es un tipo de trastorno de la personalidad que se caracteriza por un exceso de emotividad, manipulación y búsqueda de atención. Los síntomas principales del HPD son la emocionalidad excesiva, la manipulatividad, el esfuerzo por ser el centro de atención, la sensualidad y la falta extrema de conciencia corporal. Las opciones de tratamiento del TPH incluyen psicoterapia, terapia cognitivo-conductual y tratamientos farmacológicos. Aunque es difícil tratar el HPD, estos tratamientos pueden ayudar a los pacientes a controlar mejor el trastorno y llevar una vida más plena.